Así se titula el libro que estoy leyendo ahora. Es la última obra de Belén Gopegui, una de mis escritoras favoritas.
El título hace referencia a todos aquellos que viendo la injusticia a nuestro alrededor no hacemos nada por remediarla. Utiliza la figura metafórica del padre de Blancanieves. ¿Dónde estaba y qué hacía mientras la madrastra maquinaba contra su hija perdida en el bosque? A pesar de lo obvio, nunca había enfocado a este personaje residual de la historia desde ese punto de vista. Resulta que en lugar de enfrentarse a la madrastra, lo único que hace es seguir acostándose con la muy bruja (quiero creer que hasta los personajes de los cuentos infantiles tienen su vida sexual más, menos sórdida) mirando para otro lado cuando esta quiere eliminar a su hija. La cuestión con que nos abofetea la autora es la siguiente ¿Cuántos de nosotros somos como él? Mi respuesta es clara, la gran mayoría. En un mundo en que la información se transmite en tiempo real, somos conscientes de los desastres, miserias e injusticias que en este momento están sucediendo y la mayor parte de las veces, lo más digno que hacemos es girar la cabeza y apartar la vista del problema para intentar alejarlo de nuestra cabeza. Somos avestruces.
Este sentimiento de vergüenza, se ha visto amplificado estos días al ver las imágenes de la chica agredida en BCN por un pastillero descerebrado, que poca gracia nos hace ahora el Neng de Castefa. La vergüenza no es sólo por la agresión sino por el hipócrita trato que desde la opinión pública y los medios se está dando del chico (argentino y gay es lo único que nos han dicho de él) que presenció la agresión sin mover un dedo. Es fácil teorizar desde la seguridad del púlpito mediático, cuando viajas en Audi y no en metro. Le hemos convertido a él en un Padre de Blancanieves colectivo para lavar nuestras conciencias. ¿Cuántos de nosotros habríamos actuado de manera diferente? ¿Cuántos no habríamos sido también el cobarde padre de Blancanieves? Sé que Taf le habría arrancado la cabeza al animal que agredió a la chica, no es la primera vez que le veo defender a alguien, pero no estoy tan seguro que los demás lo hubiéramos hecho. Somos animales, pero unos animales bastante hipócritas y cobardes.
Sumad a esta reflexión todas las causas justas que seáis capaces de imaginar en 30 segundos y haceos una pequeña idea de todo el trabajo que tenemos por delante. Todo el trabajo que probablemente nunca haremos y que a buen seguro sustituiremos en nuestras mentes al cabo de otros 30 segundos. Es complejo no vovlerse loco en este mundo cuando la lucidez dura más de un minuto.
5 comentarios:
Amen!
Es lo que tienen los domingos por la mañana, que reivindicas que da gusto...
Pues me ha dicho mi primo que es científico, que Blanca Nieves es adoptada, que sus modales dejan mucho que desear y que es adicta a la sección midgets del videoclub erótico de chueca.
EA!
Si te cuento yo lo que me han dicho cualquiera de mis primos...
Ya te cuen. XD
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