30/10/07

Lecciones de Ajedrez


Soy enemigo de la impuntualidad y los retrasos, y me jode mucho perder el tiempo esperando. Como al que más, me gusta gandulear unos minutos entre las sábanas, disfrutar de una ducha larga antes de comenzar el día o conversar por la mañana con mi vecina. Soy consciente de que esos placeres del amanecer sólo puedo permitírmelos a base de sacrificar unos minutos de mi preciado sueño. Y me jode tanto o más que a ti el ingrato sonido del despertador.

Nada comparable a lo que me jode la injusticia de ver al alfil de reina llegar a las 12 de la mañana todos los días y que el rey le pregunte al peón, que lleva desde las 9, dónde cojones se ha metido el alfil de reina. El peón debería desaparecer de la partida todos los días a mitad de juego, comido por el caballo rival. Pero cuando el alfil no defiende la posición el peón avanza temeroso por el tablero, siempre en horizontal, con el único alivio, muy de vez en cuando, de la captura de alguna presa en diagonal.

El peón sabe de su certero ocaso, pero avanza consciente de su tarea en este ingrato juego. Mañana, a las 9, volverá a su puesto. Aunque el alfil no llegue hasta las 12 y la partida tenga que comenzar sin él.

Las casillas de ajedrez se llaman escaques, pero eso no implica que uno pueda escaquearse todos los días.

2 comentarios:

Taf dijo...

Me quito el sombrero... ha sido mejor que el truco de David Copperfield con el que ha conseguido de una tacada hacer desaparecer dos personas de LL para aterrizar en Cancún!

Lo dicho, impresionante!

Chusso dijo...

Que el rey, intente jugar al ajedrez, cuando no sabe prácticamente ni jugar a las tres en raya....lleva a lo que lleva, a que el peón se haga republicano y le corte la cabeza al rey...