El tiempo se espesa en las tardes de domingo: por eso la luz es más mortecina, por eso el ritmo de las cosas se torna lento, por eso los segundos se quedan atascados en la garganta y el reloj repta inverso.
Hoy no estoy triste, a pesar del día, a pesar del frío.
2 comentarios:
Supongo que será por alguna carencia de proteinas o algo, pero los domingos fríos se me hacen más llevaderos.
Las mantas bajeras y los braseros...
:-)
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