All I want for Christmas is you

Papá Noel me trajo fiebre, mareos, debilidad, tos y congestión nasal. Así que decidí echarme a la cama, aunque ello supuso dejar a medias la partida a la Wii con mis primas.

Después de todo el día en cama ajena y de salir de la misma sólo para bajar a la propia, la cantidad de líquido ingerida y el aporte de los mucolíticos van haciendo su efecto: expulso, poco a poco, las mucosidades de mi nariz y garganta.

También las lágrimas. Se asoman al principio del ojo y desde allí piden permiso para saltar a la mejilla. Mi tío y mi tía van conmigo en el coche, por lo que aplazo el llanto hasta el momento en el que esté solo.

Ingenuo de mí. Porque, aunque intente llorar cuando se cierra la puerta del coche y mis tíos se alejan por el espejo retrovisor, la que empaña mi visión es la niebla.