(espero que el wc londinense de los PlayBoys sea tan grande como este)
La Fiesta Bisiesta en casa de los moros comenzó bien. Risas y aprender de cine de gente que sabe más que tú regadas con birras y amigos que hace días que no ves se mostraban como una opción más que buena para darle carpetazo al viernes.
Menos para mi estómago. Chez La Granja fue, una vez más, el ingrediente secreto que necesitaba para pasarme toda la noche con la repetición de las mejores jugadas del menú del viernes.
Podréis ganar una batalla, pero jamás ganaréis la guerra.
La Fiesta Bisiesta en casa de los moros comenzó bien. Risas y aprender de cine de gente que sabe más que tú regadas con birras y amigos que hace días que no ves se mostraban como una opción más que buena para darle carpetazo al viernes.
Menos para mi estómago. Chez La Granja fue, una vez más, el ingrediente secreto que necesitaba para pasarme toda la noche con la repetición de las mejores jugadas del menú del viernes.
Podréis ganar una batalla, pero jamás ganaréis la guerra.
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