Si hay Dios no creo que corra ni la mitad que el Sr. Bekele. El etíope es un auténtico prodigio de la naturaleza. He visto a Bekele ganar sobrado mil carreras, pero lo de ayer en Edimburgo lo supera con creces.
La carrera empezó como todas, con el ¡pum!, marica el último. Y en la primera vuelta del Mundial de Cross pierde la zapatilla, lo que es al atletismo como quedarse sin espada en un duelo de esgrima. Pero el Sr. Bekele para, busca su zapatilla, se la ata y sigue corriendo.
Si no fuera Dios, habría quedado segundo.
La carrera empezó como todas, con el ¡pum!, marica el último. Y en la primera vuelta del Mundial de Cross pierde la zapatilla, lo que es al atletismo como quedarse sin espada en un duelo de esgrima. Pero el Sr. Bekele para, busca su zapatilla, se la ata y sigue corriendo.
Si no fuera Dios, habría quedado segundo.
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