Semáforo en el Barrio de Salamanca. Me fijo en la ropa de una señora que pasea a un perro y una niña. Falda larga azul oscura, camisa blanca abotonada, zapatos bajos, tez blanquecina y canas incipientes. Edad indeterminada entre los cincuenta y los sesenta. Me recuerda a las seglares que nos daban clases de religión en el colegio... hasta ahí todo normal. Mi sorpresa viene cuando mira fijamente a su chucho y le señala la figurita roja del peatón en posición de espera.
- Quieto Camino. Sentado hasta que el señor se ponga en verde.
- Joder, pienso, hay que tener valor para llamar a tu perro como la obra capital del fundador del Opus Dei.
- Ves Camino, ahora sí. Vamos Camino.
- Me quedo pensativo un segundo mirando al muñequito verde. Selecciono una canción en el ipod y comienzo a correr en dirección al Retiro. Esquivo a la pseudo monja, a la niña, al santo animal y acelero el paso...
5 comentarios:
es el "encanto" del barrio salamanca....Escrivá debe inspirar..pobre perro, aunq yo conozco a uno q se llama Colombo...q creo q es mejor,no?
Es que ha sido lo más cercano a una experiencia mística que he tenido en mi vida...
Colombo es un buen nombre para un perro
hostia yo de adolescente estuve enamorado de una Camino de mi cole, estaba un rato buena la jodida a pesar de llevar un nombre de virgen taaaaaan cursi.
Qué bonita experiencia cuasimística!!! y qué miedo de señora...
Real como la BEBIDA misma...
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