No me importa que los días sean largos, no me importa que las noches sean cortas. De hecho, en este momento, no me importa casi nada. El perfume de la decepción es pegajoso y almizclado, se adhiere al fondo de la garganta y es casi imposible arrancarlo de allí.
Cuando el tiempo se pone cuesta arriba, no pierdas la esperanza, a lo mejor miras al suelo y "de repente Espronceda"...
4 comentarios:
ánimo
farsante farsante yo soy de teheran
Boquerones por aquí, calamares por allá.
Vaya semanita que me espera.
N
Sigue sigue sputnik.
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