La fecha de caducidad de nuestra felicidad está bastante cercana, dice ella.
Él siempre se come los yogures caducados, y no tira el pan de molde hasta que una densa capa verde se posa en las rebanadas, por lo que no le da importancia.
Cuando ella da el portazo, él busca al fondo de la nevera la lata de paté. Cuando la abre, el olor a podrido le recuerda a su corazón.
2 comentarios:
vaya...vaya...
no parecen buenos tiempos para la lirica
Los he tenido mejores, la verdad :)
Besos.
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