Detrás de los 42 kilómetros
hay una gota de sangre en las aceras.
Detrás de los 195 metros
hay una gota de sangre en las pupilas.
Al pasar el arco de meta, un río de runners yermos,
un río que se derrama
por las praderas de Central Park,
río de azules, blancos y naranjas,
son las almas vencidas de Nueva York.
No hay comentarios:
Publicar un comentario