Pasan las horas

Escucho sirenas en la calle, anticipan el fin de este tiempo irreal del que estoy disfrutando. No recuerdo haber conseguido un nivel de desconexión tan alto nunca, es como si hubiera dejado de ser yo y me hubiera convertido en una extensión ajena. Desconozco lo que querrá decir, pero me preocupa ligeramente. He dejado el móvil en el hotel y no me conecto nada más levantarme. Puedo quedarme embobado viendo un reportaje en el que explican como se fabrica el pienso para animales o pasar las horas delante de un café. Los días discurren con ritmo lento y sé que pronto lo echaré de menos, aunque a lo mejor quién lo echa de menos ya no sea yo.

Para quien quiera investigar un poco: Ingeborg Bachman, Silvya Plath y Alejandra Pizarnik.

A yellow cab is just a yellow cab