Cuento hasta nueve y siento otra vez el zarpazo salado en mi cara. Se hace de nuevo el silencio: cinco, seis, siete, ocho... y ya está aquí de nuevo. Tiemblo de la cabeza a las pies, sin distinguir entre la sal del mar y la de mis ojos. Siempre he tenido este pequeño agujero en el que esconderme de la tormenta, hoy el temporal ha descubierto mi refugio sorprendiéndome indefenso. Las olas son crueles, pero lo son mucho menos que su sonrisa. El aire empieza a faltar, ya queda menos para la calma.
10/2/08
Las olas
El responsable es El Agente Naranja a las 19:18
Etiquetas: cuaderno de bitácora, Mar
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8 comentarios:
recuerda que nada malo puede pasarte mientras te enfrentes al mar de cara y no coloques en medio la tabla...
lo peligroso es el agua estancada
Y si además dispones de una cometa... viento en popa a toda vela!
se me va la cabeza...de quién era el chiste que acababa con lo de...el amr idiota el mar???
Martes y Trece abuelo...
Siempre es peor volar la cometa en tierra...
Es lunes, puedes guardar la tabla y la cometa hasta el fin de semana.
no hombre, no eran martes y trece, eran los payasos de la tele... Miliki sr.
el mar idiota el mar!!!
faemino y cansado también lo usaron de vez en cuando.
Joder, pues sí que estoy yo bueno...
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