Tengo la fea costumbre de aprovechar los parones de los atascos y semáforos para leer mientras conduzco. Muy mal, lo sé. El otro día, en uno de los semáforos de la Gran Vía (atascada en sus dos vertientes), el coche del carril opuesto era de la policía. Me pitó y me hizo señas para que tirase la revista. Lo hice y le pedí perdón. Se abrió el semáforo, el coche comenzó a moverse y leí dos millones de letreros en el trayecto desde Callao a Cibeles. Un segundo antes de estampar el coche contra la diosa, mi mirada seguía perdida en el escote del anuncio de H&M.
15/2/08
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5 comentarios:
La perniciosa literatura. Te ha faltado alguna coma en la últmia frase. Por lo demás, perfecto.
Por lo visto hay previo en el Costello. Allí nos vemos.
monja madrugando o nochenado?
miembros del sindicato negativo, gracias por el link a mi página, pero no sé si estáis de coña con el título o simplemente deseáis insultar a machado... fijaos, fijaos...
Por alusiones:
a) añadida, gracias : )
b) ni de coña, ni de insultos... simplemente, poniendo poca atención. Corregido está : )
c) el Costello, antro de perversión edulcorada. Gran sitio.
respondido a todo dónde procede.
De brasa nada.
Referencia de mucha alegría... a las 21:30 nos vemos en el Costello
:-)
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