Aunque acabó el Carnaval veo máscaras en los rostros de los que me rodean. Están muy logradas y sólo detecto un pequeño pliegue, justo delante de la oreja, que delata la verdadera naturaleza de todos estos hijos de puta, que me sonríen sólo para que me quede tranquilo mientras picotean en mi espalda con la palma abierta.
Luego llego a casa y me alivia desprenderme hasta mañana de mi cartera, mis llaves, mi reloj y esta máscara opaca que, además del pliegue delante de la oreja, presenta un par de grietas en la frente que impiden que la tristeza permanezca tan hermética como yo quisiera.
Luego llego a casa y me alivia desprenderme hasta mañana de mi cartera, mis llaves, mi reloj y esta máscara opaca que, además del pliegue delante de la oreja, presenta un par de grietas en la frente que impiden que la tristeza permanezca tan hermética como yo quisiera.
3 comentarios:
si hablas del curro, que no lo sé, NO PUEDO ESTAR MAS DE ACUERDO.
En este caso concreto no, pero eres libre de apropiarte del concepto para lo que te saque de quicio : )
tantas, taaaaaaaaaaaaantas cosas me sacan de quicio...
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