... Eso es lo que he hecho nada más llegar. Hasta las cosas que limpian necesitan ser limpiadas. Un pensamiento surrealista para una tarde de domingo con más niebla de la apetecida y necesaria.
Acelera y las manos se le congelan. El coche granate adelanta rozándole y coonfirma una vez más que estar vivo, muchas veces es un mal chiste. Pasan los puentes, en uno hay dos niñas sentadas dejando correr el reloj. Después el radar, la primera no, la segunda tampoco, la tercera salida. Los colores, el asfalto gris, ya no siente las manos. La cabeza hace minutos que cogió otra circunvalación. Ha sido un buen fin de semana piensa... acelera, tiene la certeza de no ser esperado y eso le hace sentirse por un segundo ligeramente optimista. Aparca en la acera y piensa en voz alta: - Me sentaría bien un té.
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18/1/09
Poner el friegaplatos vacío...
El responsable es
El Agente Naranja
a las
20:17
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Etiquetas: Christina Rosenvinge Eclipse, horas lentas, ideas, seguir escribiendo
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