26/4/08

Grande Nixon



El de Nixon de ayer fue un concierto para el recuerdo, pero, más allá del robo del repertorio, de Nadia, de Inditex, de las chicas que nos tocaron delante, del Puxa Asturies de Herminio y de lo rápido que se calienta una Budweiser en mis manos, en mi recuerdo quedó lo que tenéis encima.



24/4/08

Life on Mars

Sueñas que tienes un hijo. No recuerdas con quién. De hecho, la madre sale borrosa en el sueño, por lo que no puedes distinguir si es rubia, tiene un lunar junto a la boca o habla con acento nórdico. Lo que distingues claramente en el vídeo es a tu hijo, que extiende su manita pequeña hacia la tuya y aprieta en la zona del pulgar directamente relacionada con el lacrimal, por lo que se te escapan dos gotas del ojo izquierdo.

En la siguiente escena del sueño tienes al niño cogido en tus brazos, con muy poca soltura y de fondo ves a tus suegros (sabes que lo son por el tono de voz cuando te dicen "ten cuidado, no vaya a caérsete) que dividen con precisión matemática las atenciones a tu mujer (sigue siendo borrosa) y a su nieto, y que, de vez en cuando, siguen reprendiendo tu poco garbo al coger a tu propio hijo.

Tras un fundido en negro tu mujer duerme y tú sigues despierto en la cama, en el lado contrario al tuyo está la cuna, y dentro tu hijo. Alargas la mano hacia el cuerpo de tu mujer, pero tu mano se pierde por debajo del camión y no encuentra ni piel, ni huesos, ni ningún tope sólido, por lo que se pierde entre su cuerpo borroso. Pasas tus dedos a través de lo que debería ser el páncreas, hígado, riñones y te detienes en el intestino delgado, más delgado de lo que suponías. Te sobreviene una erección que tratas de controlar y tu hijo empieza a llorar, lo que despierta a tu mujer, que le da el pecho. Del pezón borroso sale leche borrosa, y ves que el pie izquierdo de tu hijo comienza, también, a difuminarse, como tratado con un filtro de programa informático.

En la siguiente escena vuelves de trabajar, tu hijo está más grande, han pasado unos meses. Te agachas sobre la cuna para tomarlo en brazos, pero no puedes, porque es un completo borrón. Gritas y maldices en el sueño a tu mujer. La intentas golpear pero todos tus puñetazos acaban en el aire. Todo en tu esposa se desvanece, menos su sonrisa.

Te despiertas. Era una pesadilla. Te duchas, desayunas, sales de casa, coges el teléfono y marcas el teléfono de la clínica donde esta misma tarde te harás la vasectomía. Esa noche duermes mucho más tranquilo.

22/4/08

Lo prometido es duda...

Sobran las palabras en este post: disfrutadlo


No tener donde caerse muerto...

... es el mejor seguro de vida.


(leído en los baños de El2D)

21/4/08

One song one sad afternoom...


Es lo único que queda en tardes como la de hoy..." just like a wall"

Happily ever after




La fecha de caducidad de nuestra felicidad está bastante cercana, dice ella.

Él siempre se come los yogures caducados, y no tira el pan de molde hasta que una densa capa verde se posa en las rebanadas, por lo que no le da importancia.

Cuando ella da el portazo, él busca al fondo de la nevera la lata de paté. Cuando la abre, el olor a podrido le recuerda a su corazón.


20/4/08

Una cama de 90


El giró levemente su cuerpo y el pie izquierdo se escurrió fuera del edredón. Odió intensamente la sensación de frío y el haber accedido a quedarse a dormir en aquella cama diminuta de colchón blando, encajonada entre la pared y un mueble que podía haber tenido gracia a los 14 años, pero que en ese piso de alquiler y valorando la edad de ella, estaba claramente fuera de lugar.

La tristeza le invadió de repente,  miró los cabellos rubios de ella que parecían brotar del fondo del mar de plumas en el que se había enterrado después del rápido espasmo y las caricias posteriores a un polvo más bien triste y apresurado. Habían bebido lo mismo, pero en este caso, los 20 kilos de diferencia entre ambos, marcaban la frontera que separa el insomnio del sueño desasosegado que cierra las borracheras monumentales. Valoró seriamente la opción de escurrirse sin ruido y escapar de la habitación antes de tener que encontrarse desayunando con las compañeras de piso de N, todas estudiantes como ella. Desechó la idea acariciando la promesa de un despertar que mereciera la pena.
El reloj sobre la mesilla siguió torturando con latigazos metódicos, lentos y rojos la resaca que ya comenzaba a llamar a la puerta.
Veinte minutos después, se decidió por fin a levantarse con la intención de beber un vaso de agua. Saltó de la cama y se puso los vaqueros tras sacudirles de encima un sujetador negro y sacar de la pernera izquierda un calcetín arrugado y retorcido. El camino hacia el baño fue todo un suplicio, el suelo de terrazo estaba helado y la mera idea de encontrarse de frente con L la amiga borde y cafre le revolvía aún más el estómago. Cerró la puerta con pestillo (nunca se sabe) y meo sin levantar la tapa mientras apuraba el tercer vaso de agua. Al terminar y antes de tirar de la cadena observó con sensación de triunfo las tres gotas irregulares y de color amarillo concentrado que le retaban acusadoras. Saboreó esta pequeña victoria moral sobre el orden establecido en la pequeña y tirana "república" en la que había terminado aquella noche tan surrealista.
Al entrar en la habitación se encontró a N medio incorporada en la cama, un mechón ondulado tapaba su pecho izquierdo.
- ¿Qué coño haces aquí?
- ¿Cómo?
- Te dije que te marcharas, mis padres han venido a Madrid y deben de estar a punto de llegar?

Su rostro se tensó, no tenía edad para gilipolleces post coito, así que reunió la mayor dosis de dignidad de la que fue capaz dada la situación y sin decir nada, comenzó a vestirse parsimoniosamente.

- Date prisa joder!!!!!!
- Ya voy... 

Dijo mientras se calzaba las zapatillas de color indeterminado que conservaba como talismán desde hacía muchos años. En el instante en que terminaba de atar el segundo cordón, sonó el timbre de la puerta.

- Mierda. 

Dijo ella

- Mis padres, corre coño!!!!!

Le agarró por la mano y mientras en la cabeza de él se reproducían imágenes de viejos chistes protagonizados por maridos cornudos, balcones, armarios, cortinas y radios, no pudo contener una carcajada ahogada.

- Encima te hará gracia imbécil. No tenemos tiempo, escóndete aquí hasta que me haya marchado. 

No reaccionó a tiempo como para oponerse. Antes de darse cuenta, la puerta se había cerrado tras él y se encontraba encerrado en el dormitorio de la fiera de L. La atmósfera del cuarto estaba cargada. En esas estaba cuando sintió una presencia leve frente a él. "La he cagado" pensó, a la vez que escuchaba a N discutir con su padre mientras de un portazo se metía en la ducha.

- Lo siento yo...

No pudo seguir hablando,  la boca de L buscó la suya mientras dos manos hábiles le sacaban la camiseta con un gesto que de tan perfecto parecía ensayado... el agua comenzó a repiquetear contra la mampara ahogando los gritos de N mientras L le conducía hasta la cama. Al final iba a tener razón el horóscopo...