26/4/09

Ser dos o Cortázar en mi nevera


Ha descubierto la solución a sus problemas. Conecta el ordenador y da un sorbo a la taza de té pensando ya en volver a la cama aún caliente, justo en el momento en que su otro yo se despide agitando la mano camino de la playa. Hoy habrá buenas olas, pero el agua debe de estar helada... - buf que pereza... -piensa

Sube la música, deja la taza ya vacía sobre la mesa y coge un libro del montón inestable, caótico y creciente que hay al fondo del salón. Julia debe de estar a punto de llamar. No recuerda bien si era él o su otro yo el que había quedado con ella por la tarde para ver esa película sueca de vampiros de la que tanto tiempo llevan hablando sus amigos más "arties". Espera sinceramente ser él, no le apetece nada tener que ver a Mónica, la loba vigoréxica que para un domingo por la tarde le resulta totalmente insoportable. Sobre todo después de acostarse anoche a las tantas cerrando todos los bares del casco antiguo. Mejor un plan tranquilo y pronto a la cama, que la semana para él, va a ser dura. El otro sí que se lo monta bien, dan temporal y seguro que se pasa todos los días haciendo el cafre. Bueno, por lo menos hasta el viernes no volverán a verse. Aunque bien mirado, piensa, no está tan mal esto de vivir dos vidas en una... parece mentira lo que han dado de sí aquel viejo libro de su tío Paco y la licuadora que le regaló su madre en navidad...

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