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15/4/09

Hace frío fuera


Para estar en primavera, los termómetros han bajado demasiado, se dice a sí misma mientras entra en la ducha y gira el mando del regulador para que el agua salga tan caliente que casi quema la piel.
Lleva bien lo de vivir sola, hace cuatro meses que Jorge desapareció para siempre de su vida y las piezas comienzan a encajar. Por la enorme cama de su habitación, han pasado desde entonces algunos cuerpos y algunas, menos, caras. No se acuerda de todos. Digamos que el principio del fin fue duro y navegar en grey goose era una ayuda bienvenida.
En la cadena de música salta la cuarta pista del disco de Belle & Sebastian, coincidiendo con el momento en que pone un pie en la alfombrilla para evitar el desagradable contacto con el gélido suelo. Se seca rápidamente, un poco de desodorante, crema hidratante, unas gotas de esa colonia de chico que tanto le gusta y una camiseta cómoda y gastada. Se dirige al salón esquivando un montón de ropa sucia pensando que el día no ha estado del todo mal... tararea el estribillo agridulce de los escoceses, abre la nevera y siente una descarga que la recorre todo el cuerpo. Puede acostumbrarse a casi todo, de hecho sus amigos comentan lo bien que la ven, lo guapa que se ha puesto, la alegría que transmite... puede acostumbrarse a casi todo salvo a comer fresas sola. Cierra la puerta lentamente y se arrastra unos metros hasta dejarse caer sobre el sofá rojo hy hacerse un ovillo. Los últimos rayos de sol juguetean con las antenas, el cd pasa a la pista cinco y ella sólo sueña con que llegue junio y llenar el refrigerador de melocotones y ciruelas. Llenarlo de frutas que no la encojan el corazón como esas jodidas enanas rojas llenas de acné...