... Y la muestra es el milagroso cambio que ha obrado en mí Pep Guardiola. Vaya por delante que el fútbol me la trae completamente al pairo, pero este año me he sorprendido a mí mismo alegrándome por las victorias del Barça. Debe de ser algo contagioso, ya que hace sólo unos minutos, se ha escuchado en la calle un estallido de júbilo similar al que siguió al gol de Torres que valió una Eurocopa.
Para que os pongáis en situación haré un poco de historia: uno nació madridista e inmaculado por obra y gracia de dior, que eso del pecado original siempre he tenido claro que era un camelo. En mi más tierna infancia, desarrollé una cierta aversión por los colores blaugranas, aversión que me impedía ponerme a los mandos de un futbolín, o jugar con los airgamboys futboleros si me caía en suerte el equipo ataviado con la dichosa camiseta de rayas. La cosa no mejoró con la edad y se agravó a los 15 cuando mi amor platónico no hacía más que decirme lo bueno que estaba y lo que le haría a un jugador que a mí me parecía un poco fresa. Para colmo y como remate a los celos que me consumían cada vez que oía su nombre, el chaval jugaba bien. Se llamaba como ya habréis acertado, Pep. En esta fase, mis gustos mutaron por culpa de la malsana y no correspondía querencia que tenía por esta chiquilla y apostaté de mi madridismo para abrazar la martir fe rojiblanca. Esto demuestra que las gilipolleces que uno no haga por amor, no las hará por nada. A pesar de esta milagrosa conversión y por llevar la contraria, nunca dejé de lado el repeluco que me producían la elástica barcelonista y todo el estamento politizante y paleto que rodeaba al club: de Nuñez al grimoso Gaspart. Pero hete aquí, que este año después de un periodo de pasotismo futbolero agudo, me gusta que gane el Barça. Podría intentar explicarlo diciendo que juegan como los ángeles, que son el Dream Team 3, los herederos del fúbol total... pero que leches, el equipo de Ronaldinho, Deco y compañía también eran merecedores de estos epítetos hace cuatro años y me daban urticaria. Así que, volviendo al primer párrafo del posteo, sólo encuentro una causa: la actitud de Pep. Tiene ese aire desvalido de amigo sincero, de buen chico, de tío al que dejarías desnudar y meter en la cama a tu novia borracha. Pero es que además sabe articular un discurso coherente, no parece un cocainómano furioso de los que tanto abundan en el fútbol y ha conseguido que lo que hace un año era un grupo de niñatos sin compromiso ahora sean un ejemplo de bloque cohesionado.
No he visto la eliminatoria de Champions, pero me acabo de enterar que un chaval de Albacete ha metido al Barça en la final de golazo inverosimil en el minuto 93. Sólo espero que ganen al Manchester en Roma. Será la tercera Champions del Barça, la primera por la que brindaré...
Para acabar, sólo decirte Pep que te perdono, que la culpa no fue tuya sino de ella y que te admiro tío... Joder, si hasta me sentó fatal ver que te estabas quedando calvo...
"Por suerte hoy el Barça no ha vuelto a pinchar"
Mostrando entradas con la etiqueta La Casa Azul. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La Casa Azul. Mostrar todas las entradas
6/5/09
Los cambios los logra la gente...
El responsable es
El Agente Naranja
a las
22:51
6
respuestas
Etiquetas: Barça, Historias, La Casa Azul, Pep Guardiola
1/12/07
¿De qué escribo?
Una pregunta recurrente que suelo hacerme cuando tengo diez minutos para sentarme delante del ordenador y postear un rato. Generalmente lo acabo haciendo de las cosas que me gustan y me dibujan una sonrisa, cuesta ponerse trascendental y no resultar pesado. Por eso hoy había pensado hablar de La Casa Azul, de Guille y su universo, pero no lo voy a hacer. Es sábado, tengo gripe, estoy cansado y con trabajo pendiente. Además en la calle hace frío y estoy en una ciudad que cada vez me resulta más gris, insulsa y hostil.
Todo esto hace que la mala leche acumulada durante esta semana esté a punto de hacer que explote y lo ponga todo perdido de mierda verbal. En días como hoy es mejor exiliarse al fondo del mar y dejar que pase el tiempo. Tiempo que pasaría más rápido con cinco cervezas en el cuerpo. Cervezas que no me voy a tomar porque hace mucho que no me emborracho hasta caer rendido. .. así que algo tendré que hacer... lo más probable es que no os importe lo más mínimo, si es así con no seguir leyendo los siguientes posteos lo tenéis fácil.
Como dice Guille, "no más Myolastan"
El responsable es
El Agente Naranja
a las
18:39
2
respuestas
Etiquetas: ideas, La Casa Azul
Suscribirse a:
Entradas (Atom)