21/3/08

Hacerse mayor


Hacerse mayor implica tener que curarte las heridas por ti mismo. Yo no hace tanto que lo soy, pero los pocos días del año en que estoy enfermo o me duele algo este pensamiento acaba por taladrarme la cabeza con mayor éxito que el virus, la bacteria o el dolor.

Como todos, recurro a los alivios tradicionales, según el mal que me aqueje: caldito, suero fisiológico con zumo de limón, pescado hervido, mantas... La diferencia está en que cuando te haces mayor no es tu madre la que prepara el caldito.

Y, aunque cura, no sabe a nada.

1 comentario:

El Agente Naranja dijo...

Pareces la botica de la abuela. Tira de química, que lo arregla todo.

Jodida la vida del single cuando suben las décimas y estás sólo en casa... aun así, siempre hasta la muerte