28/3/08

Wish you were Her(e)


En el horizonte al sol le queda poco para desaparecer, como ya ocurrió con la botella de champán. Va siendo hora de volver al puerto. Ella sigue con la cabeza apoyada en su pecho, sintiendo el ritmo de sus latidos en un perfecto compás con los caminos que sus dedos le trazan en el pelo. A ella le encanta que le acaricien el pelo, y justo cuando piensa que no puede haber nada mejor, él saca el anillo del bolsillo y, por fin, se lo pide.

Ella llora y las lágrimas empapan el algodón de la camisa de él, que no termina de creerlo. "Ponme el anillo", le pide. Él agarra su mano derecha y, con los dos dedos de la mano izquierda, le coloca la sortija. "Me baila un poco", dice ella. "Lo llevaremos a arreglar", dice él. Ella lo besa y el tiempo parece detenerse. Cuando se separan, él también llora.

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Va haciéndose de noche. El Madrid jugaba a las diez y el champán se le ha subido un poco a la cabeza, así que toca volver al amarre. Él tiene muchas ganas de eructar, pero lo camufla respirando fuerte. Ella tiene la cabeza sobre su pecho, al principio molesta un poco pero una vez la zona se queda dormida no hay problema. Él juega con las manos en su pelo, buscando chichones, sin éxito, en el cuero cabelludo. Va siendo hora de volver, así que se palpa el bolsillo y toca el anillo. Roza el interior con el dedo y no consigue apreciar el relieve de la anterior inscripción. Estos joyeros de hoy en día son la hostia. Así que se lo saca del bolsillo y se lo pide.

Ella llora, como no podía ser de otra manera. Las lágrimas le mojan la camisa, pero no pasa nada, total, la va a lavar ella. Le pone el anillo rápido y espera que no le quede enorme. Se sorprende de que, más o menos, le sirva (otra cosa que ambas tenían en común) y que sólo diga que "le baila un poco". "Lo llevaremos a arreglar", dice él (otra vez, piensa). Ella lo besa lentamente y el tiempo parece detenerse. Él espera que no demasiado, no quiere perderse el partido del Madrid. Él odia que a ella no le guste el fútbol, porque todavía podía cambiar de nombre el abono del año pasado. Mientras, recuerda el gol de Zidane y cómo en Leverkusen decidieron que estarían toda la vida juntos. El recuerdo le aprieta en el estómago y le brotan las lágrimas. Ella se da cuenta un segundo después de dejar de besarse.

8 comentarios:

jaimegti16v dijo...

conclusión: el dia que encuentre una tía a la que le guste el fútbol y delante de la cual pueda eructar y rajarme a gustito, debo agarrarme a ella como a clavo ardiendo?

naranjito dijo...

conclusión: la sombra del ciprés es alargada.

El Agente Naranja dijo...

A mí me pasa lo mismo con la literatura cubana y la música indie...

puritadinamita dijo...

sois taaan simples...jaime q coño haces escibriendo a esas horas un sabado?

naranjito dijo...

lo que somos, puri, es unos hijos de puta, como dice Porta "los tíos de hoy en día son todos unos cerdos"

puritadinamita dijo...

lo de q sois un cerdos lo daba por hecho pero encima de mecanismo,nunca mejor dicho, fácil,aunq tampoco os entiendo ,por eso he decidido no hacerme bollera,porq entonces ya me pegaba un tiro...

ophelia dijo...

a alguien le suena la frase porque hacemos las cosas faciles dificiles? pues eso,he dicho
hay veces q no se si es mejor vivir en la innopia

puritadinamita dijo...

ophelia, q sabiduría de sábado más buena, lo mejor es vivir en la burbuja de "me la resabala todo mogollón".se me olvidaba Alf, es verdad q sois un poco hijos de puta sí...ay Porta..